martes, 18 de junio de 2013



 


El paloduz (orozuz) Glycyrrhiza glabra

Eran tiempos difíciles, tiempos de pocos recursos económicos, de carencias de alimentos, en algunas familias de falta de estos.

Tiempos de trabajos de sol a sol, de esfuerzos sobrehumanos, para ganar un jornal que apenas cubría las mínimas necesidades en la manutención de la familia. Pero eran los tiempos de nuestra infancia, tiempos de ilusiones y sueños, tiempos de alegrías y juegos, en lo que todo nos gustaba, hasta lo más simple.

 Las fiestas en Lagartera, para los niños, poco más de un carrusel y un columpio con dos barcas para los más pequeños. En ocasiones una caseta de tiro con unas escopetas que cuando apuntabas a un palillo en el que prendía un cigarrillo, al disparar, dabas a una de las campanas de la torre en lugar de al palillo. En ocasiones una tómbola, con más ruido que nueces, pues una voz chillona gritaba los premios y los premiado.


Había irrumpido en España el "Chupa Chups", creado en 1958, pero a Lagartera llegaría unos años más tarde, nosotros si comprábamos algún caramelo, eran a granel. Pero los más de los chiquillos optábamos por consumir el palodud, esos pequeños tallos o rizomas de raíces de Glycyrrhiza glabra, que es planta que nace a la orilla de muchos ríos españoles.

El paloduz, al masticarlo saboreábamos su dulzor mucilaginoso, que tanto nos recordaba al regaliz. Nuestras fiestas infantiles en Lagartera, estarán siempre unidas al recuerdo del masticar el paloduz, caminando hacia la carretera nacional, para ver de vez en cuando el paso de algún vehículo.

 

 

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